El Palacio Imperial de Tokio es uno de los puntos más importantes no solo de la ciudad, sino del país entero.
Es un lugar de gran importancia, tanto cultural como histórica, ya que su existencia marca el punto de transición más importante para los japoneses y su forma de gobierno.
Es por esto que no puedes irte de Tokio sin haber visitado el Palacio Imperial de Japón.
Cada detalle de éste hará que entiendas mucho mejor lo que significa Tokio, la forma de ser de los japoneses y el desarrollo que ha tenido la ciudad en los últimos siglos.
Historia del Palacio Imperial de Tokyo
El origen del Palacio Imperial de Tokio está en los antiguos terrenos del Castillo del Estado.
Todo comenzó cuando el Shogunato Tokugawa terminó y el castillo se convirtió en lo que es hoy en día.
Dicha transición ocurrió en 1868 y causó un enorme cambio en todo el país, puesto que con el fin del Shogunato la época feudal terminó por completo en el territorio nipón.
Esto implicó la asunción del Emperador Meiji y la bienvenida a la época moderna japonesa.
Fue así que las reconstrucciones del palacio comenzaron. Sin embargo, aún se conservauna torre del castillo que en 1657 fue destruida por un incendio sigue en el mismo estado desde entonces.
Una de las explicaciones de la decisión de no reconstruirla es que quieren dejar una huella visible que ha tenido el palacio con el paso de los años.
El contraste entre las zonas restauradas del Palacio Imperial y las que no han sido renovadas, es de verdad impactante.
El Palacio Imperial de Tokio en la actualidad
Actualmente, el Palacio Imperial de Japón es la residencia oficial de la Familia Imperial japonesa, y lo ha sido así desde el final del Shogunato.
La historia dice que fue entonces cuando Japón abrió sus puertas al mundo, y esto se representa ahora con el hecho de permitir que turistas entren, no sólo al país, sino especialmente al Palacio Imperial.
Una de las zonas más populares del palacio es la gran explanada de Koyio Gaien, donde dos puentes enormes marcan la entrada a los terrenos interiores del palacio.
Estos puentes, llamados Nijubashi, son de los más fotografiados por los visitantes y son parte de las obras de restauración del palacio en el siglo XIX.
Las paredes del palacio están impregnadas en historia y arte, por lo que te transportarán al Japón de épocas pasadas y vivirás en carne propia la transición de este país hacia la modernización.
Jardines Orientales del Palacio
Esta es la única zona de todo el Palacio Imperial que ha estado disponible para los visitantes desde siempre.
Los jardines están repletos de variedades de plantas y árboles orientales, que hacen que continuamente se cree un paisaje hermoso y característico de Japón.
La mejor época para visitarlos es en primavera o verano, cuando la mayoría de los árboles y plantas florecen. Tanta colorida vida vegetal te dejará sorprendido.
Estos jardines difieren mucho de la zona que los rodea, puesto que están donde antes eran los círculos de defensa del Castillo del Estado, sede de múltiples batallas hace siglos. Por esto es que verás a su alrededor algunas torres, muros y fosos.
Los Jardines Orientales, también llamados Kōkyo Higashi Gyoen, están abiertos al público casi todos los días, menos los lunes y viernes. También cierran en ocasiones en que se realiza alguna celebración en especial.
Es un excelente lugar para sacarse fotos, ya que el control no es tan riguroso como el de otras zonas del palacio. Además, la belleza de cada zona es un ejemplo de los clásicos y famosos jardines nipones.
La visita guiada al palacio
En sus orígenes, salvo los Jardines Orientales, todas las zonas del Palacio Imperial de Tokio estaban cerradas a los visitantes.
Esto solo cambiaba en fechas especiales, como el 2 de enero, la celebración del Año Nuevo y el 23 de diciembre, día del cumpleaños del Emperador. En estas fechas, se dejaba entrar a personas a algunas áreas interiores del Palacio Real, pero no a todas.
En estos días incluso se podía ver allí al Emperador y a la Emperatriz saludar desde dentro.
En ese entonces, las visitas eran en japonés y estaban muy reducidas y controladas.
Ahora, es posible visitar el Palacio Imperial de Japón prácticamente cualquier día.
Lo mejor de todo es que las entradas admiten un cupo mucho mayor de personas y también podrás disponer de guías en muchos más idiomas, no solo en japonés.
Si quieres vivir la experiencia única de visitar el Palacio Imperial de Tokio, puedes hacerlo de lunes a sábado. Ahora bien, ten en cuenta que es necesario registrarse previamente para obtener un lugar.
El cupo diario es de 1000 personas, 500 en cada uno de los turnos, ya que hay dos: 10:00 de la mañana y 1:30 de la tarde.
La entrada es gratuita, pero por esta misma razón las entradas se acaban muy rápido.
Aun así, si no te registras, cada día se permite la entrada a una cantidad de personas extra. Para conseguir este tipo de pase, es necesario que te presentes en la entrada a las 9:30 de la mañana para registrarte, ya que las visitas inician a las 10 de la mañana y a esa hora se otorgan las entradas especiales para ambos turnos.
Si llegas demasiado tarde, es probable que no encuentres lugar.
Además, es importante que llegues con tiempo extra ya que a veces es complicado llegar y las señalizaciones de la zona están en japonés casi en su totalidad. Aunque algunos sí están en inglés, puede que te llegue a tomar algo de tiempo orientarte.
¿Merece la pena visitar el Palacio Imperial de Tokio?
Cada persona piensa diferente y todos tenemos una percepción particular de cada experiencia.
Por eso, es posible que escuches o leas algunos comentarios que hablan que la visita no merece la pena, y otros que sí.
Lo que debes de tener en cuenta es el interés que tienes por la cultura japonesa, su arquitectura, historia y sus paisajes florales tan bien representados en los jardines del palacio.
Si es lo tuyo, entonces esta visita te hará salir agradeciendo haber dedicado tiempo a ello.
Precio y horario del Palacio Imperial de Japón
Visitar el Palacio Imperial de Japón es totalmente gratis, pero se debe de tener mucha precaución al reservar las entradas, ya que se trata de un proceso muy serio que no admite cambios de fecha u horario.
Deberás hacer una reserva para entrar desde la página oficial del palacio, la cual está en inglés para facilidad de los turistas. No es muy complicada y con un inglés básico podrás entender todo.
Puedes reservar para el mes en curso y para el mes siguiente. Suelen acabarse pronto, por lo que debes de planear con suficiente tiempo tu visita para no quedarte sin tu entrada.
Recuerda que hay dos horarios de visita: 10:00 de la mañana, y 1:30 de la tarde. Si tienes reserva, puedes acceder 15 minutos antes al lugar para mostrar tu entrada impresa o en el móvil (cuando hagas tu reserva te mandarán estas imágenes por correo).
Al momento de hacer la reserva, debes de especificar si entrarás solo o acompañado. Las reservas se hacen a nombre de cada persona, junto con una serie de datos extra que se brindan al sitio. Cada entrada es personal y no puede transferirse.
Un dato importante a tener en cuenta es que toda persona menor de 18 años debe entrar acompañada por al menos una persona de más de 20 años. También se pueden hacer reservas por grupos de hasta 10 personas.
En caso de no tener una reserva, recuerda llegar media hora antes de la primera visita, es decir, 9:30 de la mañana. Con un poco de suerte (y más si vas aún más temprano), conseguirás entradas especiales.
Ubicación y cómo llegar
La ubicación del Palacio Imperial de Japón es muy cercana a la estación de Tokio, desde la cual solo deberás caminar aproximadamente 10 minutos.
En caso de querer asistir solo a los Jardines Orientales, la entrada correspondiente es la Otemon, y está más cerca de la estación Otemachi, de las líneas de metro Tozai, Marunouchi, Otemon, Mita, y Hanzomon. Puedes tomar esa ruta, o caminar un poco más desde la estación de Tokio.
De cualquier manera, el trayecto es corto y cómodo para ambas entradas. Si tienes el Tokyo Rail Pass podrás tomar éstos transportes sin pagar nada extra.
Para aprovechar mucho más tu tiempo, conviene enlazar la visita al Palacio Imperial de Tokio con alguna otra actividad cercana, así completarás un día entero de atracciones y nuevas experiencias.